Como en la primera entrada de este blog comenté
que platicaría en algún momento determinado el ¿cómo llegué a ser Trofólogo?,
aquí va, en un par de párrafos lo comento:
Mi
Mujer (y maestra), Jacqueline Milian es quien ha abierto la puerta de La Salud a la casa, y
es algo que en general sucede. Sea por la dedicación, planeación y sobre todo
Amor, estoy totalmente convencido de que es, en un mayor porcentaje, la Mujer
quien lleva la Salud a los hogares. Y de haber estado YO en una condición de
salud bastante adversa hace muchos años, vino la homeopatía, la alopatía, las
especialidades, la medicina Ayurvédica y finalmente La Trofología, (¡hubiera
sido al revés!).
Al
hacer consciencia del alcance que tiene llevar una buena alimentación en la
Vida en general, y tras la sorpresa de mi mujer de haberme inscrito al
diplomado en Trofología – que ella ya había cursado -, lo tomé. Y dentro de las
primeras clases hubo tres factores que me engancharon:
- Romper paradigmas
- Hacer algo diferente
- Ayudar a más personas
Abrir
los ojos literalmente a una forma de ver al Cuerpo y a la Salud de manera
distinta, siempre con la responsabilidad de mi lado y haciendo conciencia de
que, como escuché en el diplomado, “si no naciste
con ella, y si no te la contagiaron, te la comiste”, refiriéndose a las
enfermedades, y a la gran aportación que hace la Trofología al enseñar esta forma de
cuidar la Salud mediante la Alimentación Consciente. Simplemente así, comenzó
mi camino por la Trofología.
Inicié
asesorías a la par de otro trabajo que tenía, y en un par de años me convencí
de solamente hacer esto, por tanto, no me queda mas que felicitar a todas y cada
una de las personas que he tenido oportunidad de ver sentadas frente a mi, ya
que TODAS han sido Maestros y Maestras en este “andar trofológico”, y que me
han enseñado mucho en cada plática, entrevista y/o asesoría que hemos
compartido.
Sin
duda, en cada caso que tenemos, como trofólogos, la oportunidad de “tratar”, se
abre un nuevo vínculo de “enseñanza-amistad” bastante singular desde mi punto
de vista. Y el crecimiento es bilateral, en tanto que la persona se va
sintiendo mejor, uno, a la par, se siente y percibe mejor, o dejémoslo en
“Diferente”.
Si
“Infancia es Destino”, como dicen, debo confesar que de niño obvio me pasó por
la mente ser veterinario… médico, desde pediatra hasta cardiólogo, y siempre
rodeado de libros ilustrados del cuerpo humano y su funcionamiento –lo cual yo
creo que fue la manera de “enseñarme” de mis papás-, a lo cual en preparatoria
olvidé, y opté por las carreras de filosofía y más tarde por la de
mercadotecnia.
Hoy
henos aquí, desarrollando una actividad del todo legítima y de gran impacto
social, como son las asesorías, luchando por medios propios el divulgar y
llevar a la mesa, de comida y de debate, un tema extremadamente importante:
"Aprender a alimentarnos". Hasta hoy, desde mi punto de vista, no hay
a quien agradecer de manera sustancial, mas que a la Trofología, por aportar un
sistema que conlleva práctica y consciencia alimenticia al mismo tiempo.
De
los tres factores que me engancharon para seguir haciendo Trofología hablaremos
más adelante si me lo permiten, (y si me lo preguntan) ¡gracias por sus correos!
¡SaludOS!
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