Una necesidad constante del Ser Humano, de animales y hasta de plantas, es estar y mantenerse limpios, sea por buena presentación, por comodidad, obvio por higiene y SALUD, la sensación de limpieza es realmente positiva y coadyuvante en muchos procesos que requieren asepsia para su desarrollo.
Nada trabaja mejor sucio que limpio, y
esta necesidad de pulcritud incluso en las máquinas, con los dichosos mantenimientos
que requieren tanto ordenadores, como las propias casas, pasando por celulares
y sus famosas aplicaciones de limpieza de teléfonos móviles… Limpia el “caché”,
la memoria ram, y en otras circunstancias… ¡Limpia tu cuarto!, …”me voy a hacer
una limpia”…, “rechinando de limpio”, y no se trate de autos porque creo, a
veces caemos en el exceso. Pero todo apela a la limpieza para un mayor
rendimiento.
Particularmente el caso de los autos es
muy claro para entender el concepto general, y es así: cuando adquirimos un
coche, sea nuevo o usado, las primeras nociones de rendimiento y calidad se
perciben al preguntar tanto el año, como el kilometraje y si los servicios
dados son “de agencia”. Es decir, EDAD, QUÉ TANTO HAS RECORRIDO, y CÓMO TE HAS
ATENDIDO. Obvio siendo nuevo, no aplica.
En el auto nuevo hay el servicio de los
5000, 10,000, 15,000 y 20,000 kilómetros, aparte de afinaciones, engrasadas,
pulidas, lavadas, enceradas y demás “tuneadas” que hacen verlos más que
relucientes, hermosos.
Cuando nosotros hemos tenido la fortuna
de llegar a los 29 años (uno previo al inicio de los famosos “tas”, que duran
hasta 60 años más), hemos vivido aproximadamente 10,592 días ya. Y los hemos
vivido en una de esas, a marchas forzadas, en pura primera, a campo traviesa,
con el freno puesto, de reversa, de subida, con sobrecarga, o a muy alta
velocidad, y para rematar, hasta con malos “combustibles” (comestibles), es
decir, sin atender la calidad de nuestra alimentación o engañados (insisto e
insistiré) por el discurso de las empresas en los medios masivos de
comunicación en cuanto a la publicidad engañosa de comida procesada.
Entonces, y continuando con la
analogía, al haber andado así, por una largo kilometraje de días, sin un
servicio de calidad, - y ya no para el cambio -, baste simplemente para la
limpieza de nuestros filtros internos, como son colon, hígado y riñones. Y
habiendo consumido durante ya casi tres décadas, parte de nuestro combustible,
que debiera ser natural, con la tendencia hacia lo artificial y procesado.
Hay quien realmente se “hojalatea” la
carrocería con cirugías, pero dejan el motor para después y lo mantienen
enmohecido, dando entrada o más bien generando desde dentro la acidez o el
entorno necesario para el desarrollo de hongos, virus (o viruses, ¿cuál es el
plural de virus?) y bacterias, dando paso a condiciones de salud crónico
degenerativas que agravan con el tiempo. Ya que en tanto no son grandes
molestias, o se acostumbran a vivir con ellas y las sobrellevan con los mismos
“remedios de televisión” que se pueden comprar hasta en la tienda. Nos venden
lo que nos enferma y nos venden lo que calla el aviso del cuerpo mientras
empeora cada vez más, hasta el colapso.
Como siempre, al menos para mi, tema de
polémica y que da para horas.
Pero bueno, “pa ya no quitarles el tiempo”, y
“trofologueando”, pues habría que pensar en “hacerse una limpia”, no de karma
ni de aura, esta vez, (porque a mi parecer hay rituales sumamente válidos en
cuanto a la necesidad, por cualquier vía, de desintoxicar otros sistemas de
nuestro organismo), sino ya del motor interno. En este caso los procesos de
desintoxicación que se logran mediante una trofoterapia sistematizada, es compensar el camino que llevamos
recorrido con simplemente 90 días de limpieza celular.
Quedamos que a los 29 se han vivido 10,592 días
aproximadamente, ¿no merece la pena regalarle a tu organismo el .01% de ese
tiempo para limpiarlo con una buena detox? Si tienes alguna condición de salud
que te apremie seguro se atenúa, y si no tienes nada, simplemente por
agradecimiento a tu cuerpo, descanso y prevención.
¡Saludos!