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jueves, 28 de mayo de 2015

¿Cuál es tu kilometraje?



Una necesidad constante del Ser Humano, de animales y hasta de plantas, es estar y mantenerse limpios, sea por buena presentación, por comodidad, obvio por higiene y SALUD, la sensación de limpieza es realmente positiva y coadyuvante en muchos procesos que requieren asepsia para su desarrollo.

         Nada trabaja mejor sucio que limpio, y esta necesidad de pulcritud incluso en las máquinas, con los dichosos mantenimientos que requieren tanto ordenadores, como las propias casas, pasando por celulares y sus famosas aplicaciones de limpieza de teléfonos móviles… Limpia el “caché”, la memoria ram, y en otras circunstancias… ¡Limpia tu cuarto!, …”me voy a hacer una limpia”…, “rechinando de limpio”, y no se trate de autos porque creo, a veces caemos en el exceso. Pero todo apela a la limpieza para un mayor rendimiento.

         Particularmente el caso de los autos es muy claro para entender el concepto general, y es así: cuando adquirimos un coche, sea nuevo o usado, las primeras nociones de rendimiento y calidad se perciben al preguntar tanto el año, como el kilometraje y si los servicios dados son “de agencia”. Es decir, EDAD, QUÉ TANTO HAS RECORRIDO, y CÓMO TE HAS ATENDIDO. Obvio siendo nuevo, no aplica.

         En el auto nuevo hay el servicio de los 5000, 10,000, 15,000 y 20,000 kilómetros, aparte de afinaciones, engrasadas, pulidas, lavadas, enceradas y demás “tuneadas” que hacen verlos más que relucientes, hermosos.

         Cuando nosotros hemos tenido la fortuna de llegar a los 29 años (uno previo al inicio de los famosos “tas”, que duran hasta 60 años más), hemos vivido aproximadamente 10,592 días ya. Y los hemos vivido en una de esas, a marchas forzadas, en pura primera, a campo traviesa, con el freno puesto, de reversa, de subida, con sobrecarga, o a muy alta velocidad, y para rematar, hasta con malos “combustibles” (comestibles), es decir, sin atender la calidad de nuestra alimentación o engañados (insisto e insistiré) por el discurso de las empresas en los medios masivos de comunicación en cuanto a la publicidad engañosa de comida procesada.

         Entonces, y continuando con la analogía, al haber andado así, por una largo kilometraje de días, sin un servicio de calidad, - y ya no para el cambio -, baste simplemente para la limpieza de nuestros filtros internos, como son colon, hígado y riñones. Y habiendo consumido durante ya casi tres décadas, parte de nuestro combustible, que debiera ser natural, con la tendencia hacia lo artificial y procesado.

Hay quien realmente se “hojalatea” la carrocería con cirugías, pero dejan el motor para después y lo mantienen enmohecido, dando entrada o más bien generando desde dentro la acidez o el entorno necesario para el desarrollo de hongos, virus (o viruses, ¿cuál es el plural de virus?) y bacterias, dando paso a condiciones de salud crónico degenerativas que agravan con el tiempo. Ya que en tanto no son grandes molestias, o se acostumbran a vivir con ellas y las sobrellevan con los mismos “remedios de televisión” que se pueden comprar hasta en la tienda. Nos venden lo que nos enferma y nos venden lo que calla el aviso del cuerpo mientras empeora cada vez más, hasta el colapso.

Como siempre, al menos para mi, tema de polémica y que da para horas.

Pero bueno, “pa ya no quitarles el tiempo”, y “trofologueando”, pues habría que pensar en “hacerse una limpia”, no de karma ni de aura, esta vez, (porque a mi parecer hay rituales sumamente válidos en cuanto a la necesidad, por cualquier vía, de desintoxicar otros sistemas de nuestro organismo), sino ya del motor interno. En este caso los procesos de desintoxicación que se logran mediante una trofoterapia sistematizada, es compensar el camino que llevamos recorrido con simplemente 90 días de limpieza celular.

Quedamos que a los 29 se han vivido 10,592 días aproximadamente, ¿no merece la pena regalarle a tu organismo el .01% de ese tiempo para limpiarlo con una buena detox? Si tienes alguna condición de salud que te apremie seguro se atenúa, y si no tienes nada, simplemente por agradecimiento a tu cuerpo, descanso y prevención.

¡Saludos!

lunes, 25 de mayo de 2015

¿Qué es esto de “Trofologuear”?


Este blog tiene un error fatal, lo reconozco. Hemos estado hablando de la Trofología en tono de verbo, y es real que la palabra aun no se asimila del todo. Expliquémosla…
        
         Trofología, por raíz etimológica tiene varias propuestas, según la RAE, “trofo” (τροφος) es “El que se alimenta”, pero también se señala como “nutrición” bajo otros usos, y “logía” (λογία) es tratado, estudio o ciencia. Con esto podemos “traducir” que Trofología es el “estudio del que se alimenta”, “tratado de la nutrición – alimentación”, pero ya en la práctica –que es lo que realmente importa-, yo la defino como una disciplina, sistema o estructura (y seguro estoy que con el tiempo será una ciencia, le duela a quien le duela) que trata la alimentación en toda aquella persona que lo hace de manera consciente.

         ¿Qué qué?

         Si, en quien lo hace conscientemente. Definamos.

         TODOS comemos ¿cierto?, pero ¿quién se alimenta? He ahí una gran diferencia. No es lo mismo deglutir guisos o preparaciones culinarias, tanto en casa como en la calle, para llenarnos o satisfacer el sentimiento de hambre, que avocarse a la búsqueda de beneficios alimenticios en lo que comemos. Y esto se adapta a todos los niveles económicos y sociales.

         La tendencia “natural” es buscar siempre lo mejor para uno mismo, como para la familia, y en cuanto a la comida considero que NADIE busca dañarse conscientemente con lo frito, lo procesado, lo congelado, lo “rápido”, etcétera. Pero como señalamos en “El ImpactoPublicitario”, de quien más recibimos información sobre “¿qué hay de comer?” es de la publicidad a través de medios masivos de comunicación, y ahí es donde se desvirtúa el concepto de “alimentarnos”.

         Nos plantean muy fácil hacernos una sopa en microondas, freírnos unos taquitos caseros congelados, estimular el crecimiento de los infantes con grandes cantidades de lácteos y polvos edulcorantes, obtener los beneficios de las frutas y verduras a través de jugos enlatados y más, mucho, mucho más en cuanto al engaño que recibimos sobre lo que nos ofrece la industria de los alimentos y lo que realmente nos aporta nutrientes a nuestra vida.

         Sin duda, y particularmente este tema del “engaño publicitario” da para muchas entradas más, y lo hablaremos continuamente. En esta ocasión sirva de nuevo el tema para ejemplificar ¿qué es esto de “Trofologuear”?, y habiendo ya entendido que la Trofología es el estudio que trata la Alimentación en toda aquella persona que lo hace de manera consciente, y que más adelante veremos ¿con qué fin trata este tema?, o ¿con qué objetivos y herramientas se logra?; entendamos el “trofologuear” como esta acción de estar atentos siempre de la calidad de lo que ingerimos, usamos, olemos, vemos y hasta de lo que escuchamos, porque sin duda e independientemente del tema específico de la Alimentación, todo lo que “ingresa” a nuestro cuerpo por los sentidos tiene forzosamente un impacto a corto, mediano o largo plazo en nuestra Salud, no solamente la toxicidad de la comida procesada nos afecta, también muchas cosas que usamos para el “cuidado” personal que nos embarramos (la cosmética), o cosas que vemos que nada nos aportan (T.V. comercial), o cosas que escuchamos y que no nos benefician en nada, o que solamente nos confunden.

Estar atentos de esos detalles y procurarnos lo mejor (y que nada tiene que ver con lo más caro), por consciencia, a favor de nuestro bienestar, eso, eso es “Trofologuear”.

¡SaludOS!