En las dos entradas anteriores hablamos de factores
relacionados con la ACIDEZ, entendida esta como la sensación estomacal y/o
esofágica que relativamente condiciona nuestra Vida por los efectos que provoca
en el organismo; desde dolor, ardor o inflamación de estómago, pasando por
reflujos y “quemazón” en la garganta, hasta la incomodidad de tener que
desabrochar pantalón o falda por la manera en que se llena de gas el colon y
nos hace sentir que reventamos.
Todo esto
(tratado muy someramente) es la Acidez “clásica” que día a día se va remediando
con productos varios y que no solucionamos de forma drástica y definitiva con
la eliminación de los productos que la crean y detona dentro de nosotros, a
saber, la leche y sus derivados, exceso en el consumo de carne, TODOS los
refrescos, las grasas saturadas, las harinas refinadas y medicamentos, entre
otras cosas, y en general la mayoría de productos procesados suman a acentuar esta
condición. Aparte de las EMOCIONES que ya consideramos.
En esta
ocasión (y aunque seguiremos hablando de este tema) vamos a diferenciar un poco a la ACIDEZ de la ACIDIFICACIÓN sistémica
a la que se lleva al organismo también con el consumo de estos y más productos
“acidificantes”, sin embargo, la acidificación se diferencia de la acidez en
cuanto a las sensaciones y al entorno que afecta.
Me explico:
La Acidez se
concentra y se relaciona totalmente en la zona gástrica, y la Acidificación
sistémica tiene que ver con nuestro entorno acuoso corporal. Y considerando que somos más del 70% agua, la
Acidificación puede resultar más nociva o de mayor impacto que la mal llamada
Acidez “común”.
La Acidez
sistémica se va “logrando” también con el consumo de tóxicos y emociones mal
manejadas, es decir, tanto Acidez como la Acidificación parten prácticamente de
las mismas causas, la diferencia radical es que la Acidez se manifiesta más
claramente con los síntomas ya conocidos, y la Acidificación sistémica se aloja
y manifiesta silenciosamente de diversas formas.
Esta acidez
sistémica es considerada la generadora del terreno ideal para que se desarrollen
hongos, virus y bacterias, y más allá de los números que determinan el qué es
alcalino o qué es ácido, (y que más adelante platicaremos) la idea general en
esta ocasión es exponer que efectivamente no
es lo mismo manifestar acidez ya sea por algo que estamos consumiendo, o en el
terreno de las emociones, algo que estamos vivenciando, a tener un entorno ácido
general.
Las
anestesias vividas, el consumo de leche y derivados, el consumo de alcohol,
mala respiración, carne en exceso, consumo crónico de medicamentos, falta de
ejercicio, bajo consumo de agua, entre otros factores, van a gestar en nosotros
un ambiente ácido que probablemente se manifieste al principio con síntomas de
Acidez, pero que nos están avisando que ya el sistema en general dejó de ser
alcalino y dará entrada a condiciones que de verdad, muy fácilmente podemos
solucionar.
Vayamos poniendo
atención en erupciones cutáneas “de la nada”, a caída de cabello “por nervios”,
a mal humor “no se por qué”, a catarros y moqueras en niños y niñas que no
ceden con nada, y más… todo eso, señoras y señores, es el comienzo de una
Acidificación sistémica que, insisto, es muy fácil de eliminar si echamos una
mirada a lo que estamos consumiendo nosotros y dando a consumir diariamente a
nuestros seres queridos.
¡SaludOS!