Ilustración de: www.blog.madridecor.com |
Los desfases de horario (o jet lag, o décalage como dirían
los franceses), impactan de manera directa en nuestro ciclo circadiano
(Alrededor del día) o reloj biológico natural; ¿quién no ha escuchado?: “Es viernes, y el cuerpo lo sabe”, y
así como el cuerpo “sabe” cuando inicia el fin de semana, de la misma manera
sabe cuando es de medio día, y de mañana, de noche, de madrugada o de tarde. El
hecho es que por diferentes factores, sean metabólicos, sociales o de costumbre
rutinaria, los efectos al conducirnos
con horarios imperan y gobiernan nuestra Vida.
Las actividades
cotidianas las medimos con reloj en mano, sea que nos caracterizamos por la
puntualidad o no, las manecillas o displays digitales son los “tiranos” que en
vez de que nos vean y controlen con la mirada, nosotros los volteamos a ver y
nos damos tranquilidades o apuros de acuerdo a su mensaje.
“Es tarde ¡apúrate!”, “en diez minutos
cierran la puerta”… “otros cinco minutitos”… “¿te veo en… una hora?. Y los
clásicos conocidos “cada 8 o cada 6 horas”, “cada 12 horas”… “15 minutos antes de acostarse”. Etc, etc,
etc…
Sin embargo,
“lo que el cuerpo sabe”, es que El tiene sus horarios o ritmos propios, tanto
para nutrirse, como para excretar, para desarrollarse y descansar, los cuales
sin duda responden o están sumamente ligados a la salida y puesta del Sol, el
cual nos genera la producción o corte de sustancias, en particular la melatonina que es la hormona reguladora
del sueño, y que se encarga de activar o desactivar sistemas especiales
dentro de nosotros para mandarnos a los “brazos de Morfeo” (de ahí de Morfeo…
morfina… sueño, etc…) Esta hormona influirá directamente también en la
serotonina, la cual a su vez regula el sentimiento de hambre. O sea que
mientras haya melatonina en sangre, habrá también serotonina, o sea, hay sueño
= no hay hambre, y al revés, no hay sueño = hay mucha hambre. Sin duda esta
relación es mucho más compleja, pero se
ve muy influenciada debido a las actividades sociales, la adrenalina, los
estímulos, las motivaciones, las necesidades y los gustos personales también.
Es tan
notoria y natural la influencia del Sol en nuestro metabolismo y salud en
general que lo vemos durante los eclipses, en específico en los totales de Sol,
y que vemos a las aves (y otros animales) y plantas realizar las acciones
debidas, sin saber que es un fenómeno, pero esto lo demuestra.
En Trofoterapia, y bajo la gran influencia
que tiene esta por parte del Higienismo se consideran tres horarios
particulares: el de Apropiación o alimentación (12:00 a 20:00hrs), el de
Asimilación (20:00 a 04:00hrs) y el de Eliminación (04:00 a 12:00), de ahí que
al despertarnos el desayuno sea siempre prácticamente agua, o un tónico y frutas, y que después de las 19:00 sea lo más
liquidificado posible lo que comemos. Hay razones muy importantes para esto y
que podríamos platicar en los comentarios que dejen.
En nuestro
caso, el cambio de horario de este fin de semana pues es de una hora solamente
y responde a temas de “ahorro energético” (loable, pero mejor que se ahorre en
otras cosas), sin embargo los clásicos de “dormimos una hora más” o al
contrario cuando se recorre “nos roban una hora de sueño” pues no tiene nada
que ver, de verdad.
Hay diversos inductores del sueño: tes de
lechuga, pasiflora o lavanda, y también los inhibidores del mismo o
estimulantes; particularmente el café, te negro, y el mate entre muchos otros. Ojalá
nuestros amigos de herbolaria nos puedan orientar más.
Tróficamente, la comida es determinante
para un buen descanso ya que es lógica y materialmente imposible dormir con
calidad habiendo cenado un arsenal de tacos, hamburguesas o tostadas. Habrá quien
diga que después de un corte de 250g de carne “duerme como bebé”, pero
sinceramente no es cierto, no es real tanto física, como químicamente. De que se cae dormido es ineludible, y de
que se ronca con singular alegría es lo más cierto del mundo, por cansancio,
pero definitivamente de que no hay descanso pleno, NO LO HAY…
Previo a
acostarse para dormir, siempre será de gran utilidad la inducción del sueño
mediante procesos de “desconecte”, y muy importante es dejar el celular o
tableta al menos media hora antes de pretender dormir, tampoco intentarlo o
seguir haciéndolo con el arrullo de la televisión, mucho menos con
sentimientos de enojo. ¿Qué si va antes
de dormir? Haber cenado mínimo una hora antes, un buen tónico o te, un poco
de lectura, ejercicios de respiración y visualización, o la Maravilla de hacer
el Amor.
Que tengas hoy,
Tú, dulces Sueños.