Ejemplos: el tepache, el yogurt, el pulque, el vino tinto, los tíbicos, el kéfir o búlgaros, la cerveza, la sidra y muchos más que van saliendo por regiones e incluso países. Están también elementos más sólidos como el requesón, el jocoque y algunas natas y quesos específicos.
Hay bebidas fermentadas en todo el mundo: Shake de arroz en
Japón, Kvas de centeno en toda la región de Europa del este; Tella, que es del
sorgo, originar¡a de Etiopía, el Bionade, fermento de la Malta y que es muy
popular en Alemania. Está el Boza, una bebida de maíz y trigo de la zona de los
Balcanes. También está el Cauim, de Mandioca de Brasil, el Basi de Filipinas a
base de caña de azúcar. En Sudáfrica está el Amasi, que es de leche, así como
el Ayran de Turquía, el Bikkle, de Japón y el Blaand de Escocia, casi todos
provenientes de suero de leche.
Es decir que prácticamente en todo el mundo se beben y comen
productos fermentados; en México también encontramos los tíbicos, que es
prácticamente lo mismo que los búlgaros, solo que hechos con agua, melaza y
alguna fruta, lo cual responde al gusto de muchas personas por no beber nada,
absolutamente nada proveniente de la vaca, y bajo esta modalidad se logra
también un fermento de muy buena calidad.
El vinagre y el pan común son alimentos resultado de procesos
de fermentación.
RECETA DEL TEPACHE
El Tepache de la cáscara de la piña es otra bebida muy fácil
de hacer: se colocan los restos de la cáscara de la piña en una jarra, se llena
de agua, se le coloca un triángulo de piloncillo o melaza, y se guarda en lugar
fresco, oscuro y tapado con tela. Al cabo de dos o tres días la bebida ya está
lista, solo para colarse y servirse bien fría. Se le vuelve a poner melaza y
vuelve a dar hasta tres ocasiones.
BENEFICIOS
Se les considera alimentos VIVOS porque su proceso involucra
crecimiento, proliferación y actividad de microorganismos como mohos, bacterias
o levaduras benéficas para nuestro desarrollo gastrointestinal y que aportan
nutrientes de calidad, que trabajan dentro de nosotros en situaciones que
necesitamos y que el cuerpo decide cómo aplicarlas, por ejemplo en procesos
digestivos más fáciles.
El aporte enzimático es sustancial ya que difiere de forma
abismal, de los productos procesados “muertos” contenidos en cajas, bolsas o frascos.
Hay estimulación del sistema inmune, por la presencia de
microorganismos y bacterias controladas que dan vida a nuestra flora
intestinal.
Aumentan el desarrollo de micronutrientes, por ejemplo, la
leche eleva su nivel de folatos, vitamina B12 y biotina al ser fermentada.
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