La
Dicotomía del “me siento bien, me siento mal” en la Salud.
Cuando
se nos pregunta ¿cómo te sientes, cómo estás, cómo te fue? La mayoría de las
veces la respuesta se centra en los subjetivos “bien” o “mal”, y claro que se
puede extrapolar a un “de poca madre”, o a un “de la chingada” (entendamos que
es parte del vocabulario común por favor).
La parquedad de estos conceptos
responde a la continua división y encasillamiento entre, -de nuevo-, buenos y
malos, arriba y abajo, luz y oscuridad, derecha o izquierda, blanco y negro,
oriente y occidente, América – Guadalajara, Televisa – T.V. Azteca, apagado o
prendido… Sin embargo hay, y en el mismo orden: éticos, en medio, penumbra,
centro, grises, océanos, Pumas, Tigres, Santos (ahí si me doy), Canal 22, media
luz. Y otra, los “máximos” digamos, santos y demonios, la cima y la sima, rayos
x e infra rojos, extremos, equipos de cracks y llaneros, televisión de
investigación y Laura de América, sobre y sub expuesto… En fin, esto solo es
presentar el tema.
En cuanto a la Salud, que es lo que nos
atañe, los matices pueden ser extremos. Pero debido a los paliativos comunes
nos conformamos con una “salud promedio”, ya que si nos duele la cabeza, está
la aspirina, si duele es estómago está la sal de uvas, que si da catarro, el te
que lo corta, y más delicado aún cuando esto se aplica a los infantes y les
enmascaramos catarros, toses, vómitos y calenturas con “medicamentos” de
mostrador y libre compra, sin irnos a las causas reales de sus padecimientos.
De ahí que se genere el estatus de
salud, “normal”, ya que al poder medio curar ciertos síntomas determinamos que
no tenemos una salud óptima, pero que se va sobre llevando y caemos en el común
“me siento bien” o “ahí dos tres”, cuando podríamos establecer de manera
crónica el estado óptimo de salud.
Imagina que de sentirte bien, te puedes
sentir en tu día a día mucho mejor. Con aun más energía, con aun mayor
sensación de descanso. Con mejores procesos digestivos, sin estrés, sin
catarros o gripas constantes, sin alergias, sin desganos. Y con la amplia posibilidad
de erradicar condiciones crónicas de salud mal llamadas incurables.
¿Por qué llaman In-curables a algunas enfermedades? Porque se curan
desde dentro de nosotros con el maravilloso poder autosanador de nuestro
organismo, pero que a veces o regularmente no lo permitimos, poniendo de
barrera a esos procesos químicos y más químicos.
Sea la técnica o disciplina que lleves
en el “buen comer”, no dejes de atender procesos de limpieza constante en tu
organismo, se selecto en tu forma de alimentarte. Haz conciencia de tu
respiración y bebe mucha agua todos los días.
Haz Trofoterapia.