La semana pasada hablamos de
dos factores que influyen en el “comer bien” técnicamente, que son masticar
conscientemente, y ensalivar copiosamente el alimento ya en la boca, con el fin
de iniciar un proceso digestivo óptimo.
No son las veces que se mastique, sino la textura que se debe
alcanzar que es un 80% líquido y acaso un 20% en grumos ya “machacados”. Hay
carnes muy blandas, y vegetales muy duros, por lo tanto el número de
repeticiones no es la referencia; en cuanto a ensalivar, repetimos, hasta los
líquidos que tomemos deben llevar una repasada por toda la cavidad, pasando por
paladar e interior de las mejillas, sin hacer buche por favor… :)
Otros consejos en la técnica alimenticia que compartimos son:
¡El Agua!... Siempre es un tema por el cual mucha gente
“brinca”, pero hay que evitar cualquier bebida de 20 a 30 minutos antes y
después de cada alimento sólido. Es decir, si regularmente desayunamos a las
07:30, los vasos de agua al despertar, o algún tónico, etc, se habrá hecho
máximo a las 07:00; después de desayunar, (08:15, aprox), no beber hasta las
09:00…. Un jugo o colación de media mañana será alrededor de las 11:00 – 11:30…
y se aplica misma dinámica; 20 minutos antes y después, no se toma agua.
Esto aplica bajo el entendido de que ya se mastica mejor la
comida, y también ya se adoptó la costumbre de ensalivar bien para crear el
bolo alimenticio líquido.
Es muy común la imagen de la gente dando un primer mordisco a
una torta, cemita, quesadilla, rebanada de pizza, frituras, pastelito etc…, e
inmediatamente después el trago de refresco con el fin de pasarse el bocado.
Esto reduce notablemente la acción de nuestros jugos gástricos impidiendo un
proceso alimenticio (en su etapa química) eficaz, y sumando la comida mal
masticada y menos ensalivada, aun peor. Imagina, comida casi entera ya en tu
estómago; si son frituras o carne imagina la mezcla, que al no ensalivarse
apropiadamente y no neutralizar las harinas refinadas, y con mezcla de líquidos
genera una especie de engrudo que se adhiere poco a poco a las paredes de toda
la capa mucosa del sistema digestivo, específicamente desde el estómago hasta
el recto.
El siguiente consejo es no llenarse al 100%, es más, ni al 90%
de la capacidad estomacal. Uno lo sabe perfectamente cuando ha saciado el
hambre, y la continuidad de la ingesta es por el sabor, la compañía, el “no
dejar nada en el plato”, y el clásico, “me quedó un huequito en el estómago”.
¿O no?...
Ese huequito es el ideal para realizar el proceso de digestión
de forma más relajada para el estómago. Si consideramos a este proceso como lo
que es, una combustión literalmente, se necesita ese espacio para que los
gases, vapores y cambios de densidades en los químicos que se están formando no
tensen las paredes estomacales, como cuando esto sucede con en estómago súper
lleno, y ahí si genera la pesadez, la sensación de lleno hasta la garganta, el
famosísimo “mal del puerco” entre otros. En Ayurveda se le denomina Agni a ese
fuego interno que “cuece” los alimentos, pero que requiere forzosamente un
espacio. Así como cuando en las parrilladas lo probamos “científicamente” al
prender el carbón, igualito dentro de uno. Ese espacio se necesita para una
buena digestión.
Entonces quedamos: Uno, masticar bien, dos, ensalivar
plenamente, tres, no beber líquidos durante la comida, y cuatro, dejar ese pequeño
huequito.
En Trofoterapia, iniciar con estos simples cuatro cambios, sin
siquiera haber modificado hábitos alimenticios, ayuda a la corrección de
gastritis, colitis, reflujos, y comienza mejoría en la frecuencia en ir al
baño, malestares comunes, y hasta se detona la baja de peso natural, regístrate
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