Triunfó el nacionalismo, la defensa a los valores culinarios
locales, la destreza en el uso de los insumos de la región. La apariencia
física (sin prejuicios) y la humildad del chef, el peso de la tradición de los
platillos y los elementos clásicos de la gastronomía mexicana fueron los
ingredientes para ganar el reto.
A través de
mixiotes, pozoles, tortillas, confitados, harinas, pocas verduras (de adorno),
proteínas animales y toda la serie de elementos culinarios que enmarcan la comida
mexicana, se erigió una ganadora de este concurso. La propuesta más abierta o
“internacional” se quedó rezagada por la alta tendencia a cuidar y enarbolar la
conservación de “lo nuestro”.
Durante el
desarrollo del concurso, pocas veces, o más bien nunca se comentó sobre el
valor nutricional de los platillos presentados, y los nutritivos brotes que se
llegaban a usar, quedaban en el plato como mero desperdicio de adorno. Y si
bien se entiende que se trata de un concurso de gastronomía, con patrocinadores
que invierten grandes cantidades en presupuesto para posicionar sus productos,
habría que tomar en cuenta el impresionante impacto que genera en el colectivo,
la idea de que naturalmente debemos comer así, apelando al colorido, sabor y
nacionalismo de la comida, más allá de su impacto o aporte real de nutrientes y
otros beneficios al organismo.
La emisión es
definitivamente un “reality” que busca la generación de audiencia a costa de lo
que sea, la idea de “gastronomía” está un tanto desequilibrada al echar mano de
insumos que un verdadero Chef jamás usaría como lo son panes refinados, pastas
pre cocidas o concentrados de sabor que atentan contra cualquier habilidad
culinaria de real sazón.
Se entiende
también que efectivamente el asunto nutricional es el menos importante o
pertinente en esto, sin embargo… El grado de responsabilidad social que implica
el manejo de un canal de televisión de cobertura nacional debió de promulgar
por la concientización sobre la idea de que las preparaciones hechas para el
concurso, no son tampoco el ejemplo de una dieta cotidiana.
El desperdicio de
comida es otro factor muy importante que siempre fue ignorado, y la ostentación
en el suministro de insumos con grandes cantidades de materia prima para sacar
un plato con menos del 10% del total del producto da a pensar en qué habrá
pasado con el resto, tanto de la preparación como de la degustación.
En resumen, el manejo
del concepto de comida sigue siendo distante del concepto de Alimentación, y
los medios masivos tienen responsabilidad en ello. Hagamos de la preparación de
alimentos, una herramienta que beneficie nuestra salud, y las elaboraciones
gourmet para momentos de celebración especial.
No es que sea un mal programa, únicamente
lo que aquí se apela, es a la posibilidad de aprovechar un espacio de esa
magnitud para emitir, a la par de mensajes “chovinistas” sobre nuestra sazón,
que también se debe buscar en la alimentación una actividad sustentable, con
alto valor nutricional, sin desperdicio desmedido, que mejore, mantenga e
incluso corrija nuestra salud y que obviamente sea muy agradable al paladar.
Encuentra tu alimentación personalizada en www.trofoterapia.com/registro
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Bon
appetit!