Este
blog tiene un error fatal, lo reconozco. Hemos estado hablando de la Trofología
en tono de verbo, y es real que la palabra aun no se asimila del todo.
Expliquémosla…
Trofología, por raíz etimológica tiene
varias propuestas, según la RAE, “trofo” (τροφος) es “El
que se alimenta”, pero también se señala como “nutrición” bajo otros usos, y
“logía” (λογία) es tratado,
estudio o ciencia. Con esto podemos “traducir” que Trofología es el “estudio
del que se alimenta”, “tratado de la nutrición – alimentación”, pero ya en la
práctica –que es lo que realmente importa-, yo la defino como una disciplina,
sistema o estructura (y seguro estoy que con el tiempo será una ciencia, le
duela a quien le duela) que trata la alimentación en toda aquella persona que
lo hace de manera consciente.
¿Qué qué?
Si, en quien lo hace conscientemente.
Definamos.
TODOS comemos ¿cierto?, pero ¿quién se
alimenta? He ahí una gran diferencia. No es lo mismo deglutir guisos o
preparaciones culinarias, tanto en casa como en la calle, para llenarnos o
satisfacer el sentimiento de hambre, que avocarse a la búsqueda de beneficios
alimenticios en lo que comemos. Y esto se adapta a todos los niveles económicos
y sociales.
La tendencia “natural” es buscar
siempre lo mejor para uno mismo, como para la familia, y en cuanto a la comida
considero que NADIE busca dañarse conscientemente con lo frito, lo procesado,
lo congelado, lo “rápido”, etcétera. Pero como señalamos en “El ImpactoPublicitario”,
de quien más recibimos información sobre “¿qué hay de comer?” es de la
publicidad a través de medios masivos de comunicación, y ahí es donde se
desvirtúa el concepto de “alimentarnos”.
Nos plantean muy fácil hacernos una
sopa en microondas, freírnos unos taquitos caseros congelados, estimular el
crecimiento de los infantes con grandes cantidades de lácteos y polvos
edulcorantes, obtener los beneficios de las frutas y verduras a través de jugos
enlatados y más, mucho, mucho más en cuanto al engaño que recibimos sobre lo
que nos ofrece la industria de los alimentos y lo que realmente nos aporta
nutrientes a nuestra vida.
Sin duda, y particularmente este tema
del “engaño publicitario” da para muchas entradas más, y lo hablaremos
continuamente. En esta ocasión sirva de nuevo el tema para ejemplificar ¿qué es
esto de “Trofologuear”?, y habiendo ya entendido que la Trofología es el
estudio que trata la Alimentación en toda aquella persona que lo hace de manera
consciente, y que más adelante veremos ¿con qué fin trata este tema?, o ¿con
qué objetivos y herramientas se logra?; entendamos el “trofologuear” como esta
acción de estar atentos siempre de la calidad de lo que ingerimos, usamos,
olemos, vemos y hasta de lo que escuchamos, porque sin duda e
independientemente del tema específico de la Alimentación, todo lo que “ingresa”
a nuestro cuerpo por los sentidos tiene forzosamente un impacto a corto,
mediano o largo plazo en nuestra Salud, no solamente la toxicidad de la comida
procesada nos afecta, también muchas cosas que usamos para el “cuidado”
personal que nos embarramos (la cosmética), o cosas que vemos que nada nos
aportan (T.V. comercial), o cosas que escuchamos y que no nos benefician en
nada, o que solamente nos confunden.
Estar atentos de esos detalles y procurarnos lo
mejor (y que nada tiene que ver con lo más caro), por consciencia, a favor de
nuestro bienestar, eso, eso es “Trofologuear”.
¡SaludOS!
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